Hundido a principios del siglo XVIII, este navío que acabó en el fondo del mar durante el reinado de Felipe V, ha permanecido a más de mil metros de profundidad durante siglos, ahora la armada colombiana ha descubierto dos nuevas naves junto a al pecio mientras lo exploraban con un robot subacuático.
Por Francesc Cervera
En 1708 el San José partió de Portobelo (en el actual Panamá) con sus bodegas repletas de lingotes de oro y plata extraídos de las minas de Potosí. Corrían los tiempos de la Guerra de Sucesión, y su valioso cargamento (que incluía miles de monedas, joyas y piedras preciosas) debía servir para pagar a los ejércitos que luchaban en Europa por el derecho de Felipe V a la corona española.
La nave no iba sola, sino que formaba parte de un formidable convoy compuesto por otro galeón, dos fragatas francesas y tres naves mercantes. Antes de salir de puerto, el general José Fernández de Santillán había sido advertido de la presencia de una escuadra inglesa cerca de Cartagena de Indias (Colombia), donde tenía pensado recalar para aprovisionarse y recoger a algunos mercantes antes de emprender la travesía hacia la Península. Pese a ello Fernández consideró que su pequeña flota era lo suficientemente poderosa como para rechazar cualquier ataque, y puso rumbo a Cartagena.
La batalla de Barú
A la altura de la península de Barú la flota española se encontró con tres buques de guerra ingleses, que inmediatamente se lanzaron a por los galeones españoles y su tesoro. El HMS Expedition de 74 cañones trabó combate con el San José, y tras algunos minutos de cañoneo una fuerte explosión sacudió al barco español, que se hundió bajo las aguas ante la atónita mirada de aliados y enemigos, solo sobrevivieron 11 de los 600 marineros de su tripulación.
Tras esta catástrofe el galeón restante consiguió eludir a los ingleses, que tuvieron que contentarse con la escasa carga del mercante Santa Cruz. La última posición del San José fue anotada en los cuadernos de bitácora y la nave desapareció del mapa durante los siguientes 300 años hasta su descubrimiento en 2015 a mil metros bajo la superficie.
Un tesoro en disputa
Pese a que la nave ya había sido localizada su excavación presentaba numerosos problemas legales, pues la empresa Sea Search Armada reclamaba la posesión del pecio en base a una sentencia de 1989. A este contencioso se le añadió luego el gobierno español, para quien la nave y su cargamento pertenecían al estado y por lo tanto formaban parte del patrimonio nacional.
Mientras tan espinosa cuestión se dirime en los tribunales se han ido organizando numerosas expediciones de investigación que nos han proporcionado imágenes sorprendentes del galeón. La última de ellas ha sido realizada por la marina colombiana, que equipada con un nuevo robot submarino ha descubierto algunos cañones forjados en Sevilla entre los restos de la nave, donde el destello del oro y la plata todavía brilla tras tres siglos de naufragio.
Asimismo esta última incursión en el fondo marino ha sacado a al luz los cascos de dos naves más, una contemporánea al San José y la otra algo posterior, hundida en algún momento del siglo XIX. Aunque no dispone de medios todavía para recuperar el valioso cargamento, el gobierno colombiano espera poder encontrar más pecios en la zona.
Creo que es uno de los mejores hallazgos de interés cultural, lastima que ahora estés las disputas por coger cada quien su parte del botín… como los piratas de la época …